martes, 15 de julio de 2014

LUMBALGIA, DORSALGIA, OMALGIA





Se denomina clinicamente Dorsalgia a aquél dolor que percibe el perjudicado en la zona central de la espalda, es decir, en las vértebras dorsales. Las vertebras dorsales o torácicas son 12 y se encuentran entre las vértebras cervicales y lumbares, formando la mayor parte de ellas la estructura de la caja torácica. La Columna Dorsal presenta una ligera cifosis de base, es decir: una curvatura hacia delante que se continua a su vez con las costillas por la parte lateral. El esternón es el cierre por anterior donde se juntan las costillas para formar la caja torácica. La caja torácica presenta en su interior órganos vitales como el corazón y los pulmones, que son indispensables para la vida.

CAUSAS DE LA DORSALGIA

La Dorsalgia se caracteriza generalmente por dar dolor en la zona central de la espalda, es decir, entre los omóplatos y aumenta al mantener posturas durante un período largo de tiempo. A su vez también puede dar sensación de pesadez o sobrecarga, pudiendo imposibilitar a la persona para levantar el brazo o poner la mano detrás de la cabeza o espalda. El dolor generalmente es causado por una combinación de causas, es muy raro que sea por sólo una sola causa y afecta casi la mitad de la población en la vida la mayor parte adulta, que participan en cualquier tipo de trabajo y deporte. Es difícil identificar la causa con certeza, hay personas que se despiertan por la mañana con dolor, o experimentan síntomas de baja intensidad (molestias), que crece con el tiempo. Las causas de dolor de espalda a nivel dorsal son variadas: - Pueden producirse por la exposición al frío, mantener malas posturas durante un período largo de tiempo, tos repetitiva o giros brucos. - Causas traumáticas, como por ejemplo aplasatamientos de vértebras, hernias discales o contracturas musculares. - Infecciones. - Una enfermedad autoinmune, como la espondilitis anquilosante o la artritis reumatoide ataca la columna vertebral, en el primer caso, la columna adquiere una forma de bambú. Es importante que se consulte al médico en caso de que la Dorsalgia se perpetúe en el tiempo, porque los síntomas también pueden ser causados por enfermedades graves como el cáncer, úlceras, pleuresía... Si el dolor intenso se origina en el aparato músculo-esquelético o en el nervio debe asegurarse de que no hay causas más graves (fracturas, desgarros musculares, tracción del cartílago de costilla, etc.).


Por lo general, el dolor de espalda se siente en un lado de la espalda o en el otro, aunque también puede ser bilateral. El dolor se siente cuando se realiza torsión y flexión del pecho, extensión del cuello o al elevar los brazos. Los síntomas más frecuentemente; se encuentran en la zona superior de la espalda, detrás de los hombros y los omóplatos, y pueden ser causados durante la fase de movimiento o inmediatamente después de regresar a la posición de reposo o al respirar profundamente. Hay pacientes que se despiertan de madrugada por el dolor, pero durante el día, es completamente indoloro.

DIAGNÓSTICO DE DORSALGIA

Así pues, las Dorsalgias suelen ser agudas y no como consecuencia de una enfermedad más grave. Al acudir al médico en función de los síntomas e historial del paciente le realizará pruebas para diagnosticar su dolor, siempre procederá a realizar una exploración física para evaluar la musculatura, huesos, incluso una radiografía… con lo que normalmente, suele bastar si se trata de un dolor dorsal que no tenga una causa grave. En casos que pueden ser más graves los exámenes que pueden requerir son: resonancia magnética y TAC si se sospecha de una hernia de disco, o los rayos X por posibles fracturas o anomalías congénitas en los huesos. Es posible que el paciente sufra de dolor de espalda inespecífico, sin una causa y las pruebas diagnósticas (resonancia magnética, TAC, etc) no muestran una lesión o inflamación. "Un amigo mío dice que el dolor se debe a los zapatos, el otro echa la culpa al colchón, que puede tener una hernia de disco... Pero recuerdo haber levantado un objeto pesado, y tal vez tengo un desgarro muscular." Estas son algunas de las hipótesis que por lo general hace el paciente, a veces tienen razón, su médico le hará una exploración para descartar enfermedades graves, entonces, de acuerdo a la historia, las pruebas y la información que dio el paciente se diagnostica el tipo de dolor de espalda.


El tratamiento prioritario normalmente es el alivio del dolor que presenta. Por lo general, el médico recetará medicamentos antiinflamatorios (los AINE, corticoides, analgésicos, etc) que pueden proporcionar un alivio, pero la mejoría suele ser temporal, ya que no actúan sobre la causa del problema. Por lo que, lo más indicado sería acudir a un Fisioterapeuta para que trate el dolor, que generalmente viene desencadenado por más de una causa. Las técnicas más utilizadas para el tratamiento de la dorsalgia son el masaje, los estiramientos, localización de puntos gatillo, terapia miofascial, aplicación de calor en la zona para provocar una relajación de la musculatura y reposicionamiento con osteopatía, que también se utilizará en los casos en que la causa del dolor provenga del sistema óseo o al experimentar dolor en ciertos movimientos. Para continuar, todos los pacientes deberán mejorar la postura para evitar malas posiciones como "encorvado" con una cifosis dorsal, especialmente mientras se está sentado, por lo que se les enseñara higiene postural como medida preventiva y de tratamiento al mismo tiempo. Existe un tratamiento instrumental, como láser o Tecar ® dentro de la fisioterapia, que puede estar asociada con el vendaje neuromuscular para relajar los músculos y estimular la contracción en el lado sano, por lo que hace que disminuya la tensión de los músculos lisos de los hombros y se disuelvan las adherencias del tejido conectivo de la zona interescapular. En el caso de una hernia de disco, muy raro en la parte dorsal; el mejor tratamiento es el método de Mckenzie, que empuja el núcleo pulposo del disco intervertebral a su localización anatómica, al hacerlo deja de presionar sobre el nervio que causa los síntomas y para el dolor de la artritis o la inflamación, se utiliza equipos de fisioterapia que tiene un efecto antiinflamatorio local.

RESUMEN DE LA DORSALGIA

• La dorsalgia se caracteriza sobre todo de dolor interescapular que puede subir hacia el cuello o hacia los brazos.
• Se debe hacer un diagnóstico diferencial porque puede deberse a una enfermedad visceral, muscular u ósea.
• El tratamiento se basa principalmente en aliviar el dolor y trabajar la causa del dolor para que no se vuelva a producir

 



Lumbalgia



Se define la lumbalgia como el dolor, de cualquier causa, en la zona del dorso, desde las últimas costillas hasta los pliegues glúteos. El dolor lumbar es muy frecuente; ocho de cada 10 personas padecen alguna vez al menos un episodio en su vida. Es la principal causa de invalidez en las personas con edades comprendidas entre los 19 y los 45 años, y la segunda causa más frecuente de pérdida de días de trabajo por incapacidad en los adultos menores de 45 años (después del resfriado común). El dolor lumbar se hace más frecuente a medida que se envejece. Afecta a la mitad de las personas de más de 60 años en algún momento. Su incidencia económica es considerable. De este modo, aunque el dolor lumbar rara vez es producido por enfermedades con riesgo mortal, es un problema de salud importante. Sin embargo, el número de lesiones en la espalda originadas en el lugar de trabajo está descendiendo, quizá porque existe un mayor conocimiento del problema y las medidas preventivas han mejorado. La columna vertebral está constituida por los huesos de la espalda (vértebras), que están separados y protegidos por discos de cartílago que amortiguan los choques. Las vértebras también están cubiertas por una capa fina de cartílago, y se mantienen en su sitio por ligamentos y músculos que ayudan a estabilizar la columna vertebral. La médula espinal se encuentra rodeada por la columna vertebral. A lo largo de toda la médula espinal, los nervios espinales salen por los espacios localizados entre las vértebras y se conectan con otros nervios en todo el cuerpo. La parte del nervio espinal más próxima a la médula espinal se denomina raíz nerviosa espinal. Debido a su posición, las raíces nerviosas espinales pueden ser comprimidas cuando Ia columna vertebral es lesionada, lo cual produce dolor. La parte inferior (lumbar) de la columna vertebral consta de cinco vértebras. Conecta el tórax con la pelvis y las piernas, y proporciona movilidad para girar, inclinarse y agacharse, además de fuerza para estar de pie, caminar y levantarse. De este modo, la región lumbar está implicada en casi todas las actividades cotidianas. El dolor lumbar limita o impide estas actividades y altera la calidad de vida.

Tipos de lumbalgia

Podríamos dividir los tipos de lumbalgia en dos grandes grupos:

Lumbalgia específica

Aquella en la que se llega a conocer la causa, lo cual sucede únicamente en el 20% de los casos. En el 5% de los pacientes, el dolor lumbar es síntoma de una enfermedad grave subyacente. Estas son las causas que se deben descartar en el servicio de urgencias. En el 15% de los casos se trata de una alteración específica de la zona no grave. A continuación se citan diferentes ejemplos de causas de dolor lumbar, que son enfermedades específicas con un tratamiento a su vez determinado: La osteoartritis (artritis degenerativa) produce un deterioro del cartílago que cubre y protege las vértebras. Se cree que este trastorno se debe en parte al desgaste y el desgarro producidos por años de uso. Los discos localizados entre las vértebras se deterioran, estrechando los espacios y comprimiendo las raíces nerviosas espinales, y a veces se desarrollan proyecciones irregulares de hueso en las vértebras, que también comprimen las raíces nerviosas espinales. Todos estos cambios pueden producir dolor lumbar y rigidez. En la osteoporosis disminuye la densidad ósea, provocando que los huesos sean más frágiles (más propensos a fracturarse). Las vértebras en particular son susceptibles a los efectos de la osteoporosis, lo que a menudo causa fracturas por aplastamiento (compresión), que pueden originar un dolor de espalda intenso y súbito, y compresión de las raíces nerviosas espinales (que pueden producir un dolor de espalda crónico). Sin embargo, la mayoría de las fracturas debidas a osteoporosis se producen en la parte superior y media de la espalda y causan dolor en esas zonas más que en la región lumbar. Hernia o disco roto o herniado. Cada disco tiene una cubierta resistente y su interior es blando y gelatinoso. Si un disco es comprimido repentinamente por las vértebras que se encuentran por encima y por debajo de él, se puede desgarrar la cubierta (rotura), lo que causa dolor. El interior del disco puede abrirse paso por el desgarro de la cubierta, de modo que parte de su interior sobresale (se hernia). Esta protuberancia puede comprimir, irritar y hasta lesionar la raíz nerviosa espinal contigua a esta, lo que origina más dolor. La estenosis vertebral (estrechamiento del canal medular, que atraviesa el centro de la columna vertebral y contiene la médula espinal). La estenosis vertebral, que en las personas mayores es una causa frecuente de dolor lumbar, se puede producir en personas de edad madura que tienen el canal medular estrecho de nacimiento. El dolor referido (que se origina en otros órganos o partes del cuerpo) tiende a ser profundo, molesto, constante y relativamente generalizado (difuso). De manera característica, el movimiento no lo afecta y empeora durante la noche. Se puede originar en otra parte del cuerpo, como los riñones, la vejiga, el útero o la próstata, pero se siente en la parte inferior de la espalda.



Constituye el 80% restante. En estos casos no se llega a identificar claramente la estructura que origina el dolor. Es un proceso benigno de duración limitada, aunque recurrente, más frecuente en adultos de mediana edad y en mujeres. Los factores que con mayor frecuencia pueden desencadenar el primer episodio son: coger cargas, adoptar posturas incorrectas, las vibraciones, un bajo nivel de satisfacción laboral, factores psicológicos y el estrés. Desde el punto de vista práctico se puede clasificar la lumbalgia como aguda (aquella con menos de 7 días de evolución), subaguda (entre 7 días y 7 semanas) y crónica (más de 7 semanas). Además, hay que tener en cuenta otras enfermedades muy frecuentes que pueden provocar dolor lumbar.

Diagnóstico de una lumbalgia

El objetivo principal cuando se valora al paciente es descartar aquellas causas graves cuya manifestación clínica sea dolor lumbar y que, aunque son infrecuentes, pueden requerir tratamiento inmediato (traumatismos, infecciones, tumores...). Para ello, se realizará historia clínica y exploración física, poniendo especial atención en la presencia de factores de riesgo que hagan sospechar un origen grave del dolor, que son: Edad mayor de 55 años. Diagnóstico previo de cáncer. Diagnóstico previo de enfermedad sistémica grave. Antecedentes de traumatismo espinal. Historia de cirugía reciente (espinal o no). Infección crónica pulmonar, urinaria o cutánea. Consumo de drogas por vía parenteral. Historia de inmunosupresión (trasplante, VIH, etcétera). Tratamiento prolongado con glucocorticoides. Duración del dolor superior a un mes. Ausencia de alivio con reposo en cama. Aparición de incontinencia urinaria o fecal reciente. Hallazgos exploratorios: Fiebre inexplicada. Pérdida de peso llamativa inexplicada. Masa abdominal. Alteraciones neurológicas como pérdida de fuerza en miembros inferiores, incontinencia urinaria o fecal... En función de la presencia o ausencia de estos signos de alarma, se puede clasificar al paciente en:

Paciente con sospecha de patología específica

Se debe iniciar el estudio con una radiografía simple y una analítica. En función de los resultados y la sospecha clínica, se realizarán otras pruebas diagnósticas. Respecto a las pruebas de imagen, según la sospecha se realizaran radiografías, TAC, resonancia magnética u otras más específicas.

Paciente con lumbalgia inespecífica

Aunque los datos disponibles para establecer pautas de actuación clínica son incompletos, por la escasez de estudios bien diseñados, en ausencia de sospecha de una etiología grave del dolor no se recomienda la realización de estudios de laboratorio (hemograma, velocidad de sedimentación, bioquímica y analítica de orina), pruebas de imagen (radiografía, resonancia o TAC) ni otras técnicas diagnósticas durante el primer mes de evolución, incluso en pacientes con sospecha clínica de hernia discal. La mayoría de las personas aquejadas de dolor de espalda mejorarán en el plazo de un mes, con o sin tratamiento, por lo que el manejo inicial de un paciente con dolor lumbar agudo sin factores de riesgo asociados debe ser conservador, con objeto de conseguir un alivio sintomático. En el caso de que no haya mejoría con un tratamiento adecuado en ese periodo de tiempo, debería replantearse el caso y realizarse las pruebas complementarias oportunas.

Tratamiento de una lumbalgia

Según el tipo de lumbalgia se tratará de la siguiente manera:

Lumbalgia secundaria a patología grave o específica

Debe tratarse la causa, con el tratamiento especifico.

Lumbalgia aguda inespecífica

La medida principal durante la fase aguda ha sido tradicionalmente el reposo absoluto en cama; sin embargo, estudios han demostrado que el reposo en cama de más de dos días resulta más perjudicial con respecto al dolor y a la incapacidad funcional que la actitud activa, por lo que se recomienda reanudar cuanto antes la deambulación y las actividades habituales (con excepción de los trabajos físicos pesados). Es conveniente una reeducación postural orientada a evitar las actividades y posturas que desencadenan el dolor. El tratamiento farmacológico se basa en los fármacos analgésicos (paracetamol), antiinflamatorios y relajantes musculares (estos últimos, no más de dos semanas). A partir de la segunda semana, debe recomendarse ejercicio aeróbico suave y, a partir de la cuarta semana, ejercicios de flexibilidad y fortalecimiento del tronco. Si persisten los síntomas más de 4-6 semanas a pesar del tratamiento conservador, o la intensidad aumenta durante el mismo, es necesario volver a valorar al paciente de forma completa, realizando pruebas diagnósticas y tratamientos específicos, si lo precisa.

Lumbalgia aguda inespecífica recidivante

Se debe tratar el episodio agudo de la manera indicada. Existe evidencia moderada a favor del empleo de ejercicio físico aeróbico, de flexibilidad y fortalecimiento del tronco como prevención a largo plazo para reducir los episodios de lumbalgia aguda.

Lumbalgia subaguda inespecífica

Una vez completado el tratamiento de la fase aguda, se recomienda no dejar más tiempo del necesario el tratamiento analgésico. El ejercicio combinado con terapia conductual (cuidar las posturas sobre todo) ha demostrado una moderada eficacia en estos casos.

Lumbalgia crónica inespecífica

Cuando el dolor perdura durante más de 12 semanas (tres meses), se establece el diagnóstico de dolor lumbar crónico. En estos casos, si la exploración física permite descartar una patología grave, no se recomienda ningún método diagnóstico salvo que se sospeche una causa específica. El tratamiento tiene como objetivo conseguir que el paciente tenga una actividad física normal. Los programas de ejercicios y las terapias de conducta han demostrado su utilidad; sin embargo, la fisioterapia (calor o frío, corsé, láser, ultrasonidos) no se recomiendan en estos pacientes. Para el dolor, se debe pautar analgesia a intervalos cortos de tiempo; los antidepresivos y relajantes musculares pueden ayudar a controlar este síntoma. Medidas intervencionistas, como la acupuntura o los corticoides epidurales o intra-articulares, no han resultado eficaces. En determinados casos debe valorarse la posibilidad de derivar al paciente a unidades del dolor, para seguir tratamientos a largo plazo. La cirugía puede ser una opción para casos de más de dos años de lumbalgia crónica en los que hayan fracasado todas las medidas conservadoras y exista una enfermedad degenerativa discal de uno o dos niveles. En el manejo de estos pacientes es así mismo fundamental la prevención de la incapacidad por lumbalgia, para lo cual son útiles las siguientes estrategias: poner igual énfasis en aliviar el dolor que en recuperar la función, recomendar a los pacientes que continúen activos, desviar los recursos a modalidades de tratamiento activas (evitar masajes, rehabilitación pasiva, reposo prolongado, acupuntura, etcétera, pues no hay evidencia de su eficacia).

Recomendaciones para la lumbalgia


En caso de sufrir lumbalgia, los siguientes consejos te ayudarán a sobrellevarlo y calmar el dolor: Realizar ejercicio de forma regular. Dos tipos de ejercicios pueden ser útiles: ejercicios aeróbicos (como la natación) y ejercicios de estiramiento y fortalecimiento de determinados músculos (como hacer inclinaciones pélvicas y flexiones abdominales). Evitar estar de pie o sentado durante períodos prolongados, así como las posturas o movimientos que generen dolor. Mantener una buena postura cuando la persona está de pie o sentada. Dormir en una posición cómoda sobre un colchón firme. Aprender a levantar los objetos correctamente (doblar suficientemente las rodillas, de manera que los brazos se encuentren al nivel del objeto que va a ser levantado).

 



Generalidades

El hombro es una articulación formada principalmente por dos articulaciones, la glenohumeral (entre el húmero y el omóplato) y la acromio-clavicular (entre el omóplato y la clavícula). La principal función del hombro se puede resumir en hacer llevar la mano hacia donde el individuo está mirando y es debido a esto la gran amplitud de movimiento que tiene el hombro y lo limitante que es sufrir dolor en ésta articulación.
Las principales causas de dolor en el hombro son:
Artritis degenerativa del hombro
Lesión acromio-clavicular
Bursitis Subdeltoidea
Tendinitis bicipital
Rotura/tendinitis del manguito rotador
El dolor se suele localizar en el hombro y en la zona superior del brazo, empeora con el ejercicio y se alivia con el reposo, además es frecuente que se produzca una importante dificultad para dormir y poco a poco se va perdiendo movilidad del hombro. Generalmente hay que hacer un diagnóstico diferencial entre estas causas de dolor de hombro pero en muchas ocasiones pueden existir varias de ellas a la vez. Por otro lado el tratamiento suele ser similar en todas ellas. El tratamiento inicial suele consistir en la toma de antiinflamatorios y/o fisioterapia pudiendo ser beneficioso en algunos casos el frío o el calor local. En algunos casos podría estar indicado infiltrar el hombro (siempre que el beneficio supere al riesgo) con anestésico local y/o cortoides

Artritis degenerativa del hombro

La artrosis es la causa más frecuente de dolor de hombro que es producido por degeneración del cartílago que recubre a la articular por su uso continuo. Además de los síntomas comunes la artrosis de hombro suele presentar una disminución progresiva de la movilidad del hombro por dolor con dificultad para actividades diarias como peinarse, abrocharse el sujetador o coger objetos situados por encima de la cabeza. Debido a que el paciente deja de mover el hombro por el dolor se produce un descenso de la musculatura pudiendo aparecer un hombro inmóvil o “congelado” con el tiempo.

Lesión Acromio-Clavicular

Esta patología puede dar un dolor agudo (cuando se produce por un golpe directo) o crónico (cuando se produce por movimientos repetidos por encima del hombro) El paciente suele tener dolor al cruzar el brazo sobre el cuerpo y cierta hinchazón de la articulación a la palpación. Si el proceso se alarga en el tiempo se puede ver una artritis de la articulación al hacer una radiografía.


Se produce por inflamación de una o varias de las bursas (tejido de protección que existe entre las articulaciones y los tendones) situadas en el hombro, generalmente por debajo del músculo deltoides. El dolor agudo suele aparecer por un golpe en el hombro mientras que el dolor crónico suele deberse a movimientos repetidos como jugar a los bolos o transportar un maletín o bolsas pesadas. El paciente se queja de dolor al mover el hombro, sobretodo al separar el brazo del cuerpo. Dicho dolor se sitúa entre el hombro y la mitad superior del brazo siendo más intenso al levantarse de la cama.

Tendinitis Bicipital

Se produce por pinzamiento de los tendones del bíceps en su canal o su inserción en el hueso. Aparece tras un sobreesfuerzo y es típica que aparezca en pacientes que realizan movimientos bruscos como los que ocurren al sacar en el tenis o al jugar al golf. La tendinitis bicipital produce un dolor intenso y constante en la cara anterior de la parte superior del brazo (en la corredera bicipital). El Signo de Yergason es característico de esta patología y consiste en que el dolor aumenta al intentar supinar (girar el antebrazo hacia fuera con el hombro estático) el antebrazo contra resistencia con el codo en ángulo recto. Si el daño es muy importante puede producirse una rotura del bíceps que se identifica con una masa muscular aumentada en el brazo y con el tradicional “signo del hachazo” a la palpación. En este caso hay que valorar la posibilidad de realizar un tratamiento quirúrgico en algunas ocasiones.

Rotura / Lesión del manguito rotador

El manguito de los rotadores está formado por los músculos supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor aunque el músculo que suele verse afectado con más frecuencia es el supraespinoso. La lesión suele producirse por una tendinitis crónica o por traumatismos leves pero repetidos en el tiempo. Si la inflamación se mantiene pueden producirse calcificaciones alrededor de los tendones, lo que puede hacer más complicado el tratamiento. Los pacientes suelen quejarse de dificultad para elevar el brazo por encima de la cabeza sin ayudarse del otro brazo, dolor en la zona deltoidea y limitación de las rotaciones del hombro (sobretodo la externa). A la exploración se ve que la movilidad pasiva está conservada pero la activa (realizada por el paciente sin ayuda) está disminuida. Cuando existe calcificaciones puede ser necesaria en ocasiones la extirpación quirúrgica de la misma.

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